sábado, 26 de mayo de 2012

ÁLBUM: Drake - Take Care: farragoso, monótono, insulso... ¿sigo?

Drake en la portada de 'Take Care'

El segundo álbum de Drake ha sido uno de ésos que la industria va madurando poco a poco, creando el hype necesario para que cuando llegue, al menos haya una primera tanda de compradores a los que se les ha convencido con un par de singles y con alguna colaboración de renombre. En este caso, véase Rihanna.

Cierto es que la primera impresión que me causó ‘What’s My Name?‘ no fue precisamente positiva, pero cuando escuché el resto de Loud, el tema ganó enteros gracias al contexto del álbum y me cayó en mejor gracia. De ahí que mi interés por Take Care, el difícil segundo disco de Drake, creciera conforme fue acercándose la fecha del lanzamiento… y cayera en picado después de darle tantas oportunidades que el spoti me ha mandado a tomar por ahí hace ya tiempo.

Supongo que no aguanto la pretenciosidad

Podríamos decir que casi es un requesito del hip hop comercial el tener una pose arrogante, en algunos casos casi agresiva. Pero en el caso de Drake resulta cargante que canción tras canción parezca que nos está haciendo un favor por haber grabado este disco.



Ya casi es tradición incluir en tu disco una canción que dedicada únicamente a dar en los hocicos al ex, a la crítica que no te respaldó o al perro que se te murió demasiado pronto. Pero esta vez la combinación entre prepotencia y suavidad – porque no se le moverá un solo pelo de la cabeza en todo el álbum – me resulta estomagante a más no poder.

Drake, como un buen número de raperos que coquetean con el lado más mainstream del género, se ha rodeado de colaboraciones que apoyen su propuesta. Desaprovechadísima una de las participaciones más interesantes a priori, la de The Weeknd en ‘Crew Love‘. La canción mejora en la segunda mitad, pero pasarte dos minutos escuchando la voz de Drake cantando, empalagosa como comerse un bote de miel a cucharadas, la arruina por completo.



Menos mal que Rihanna llega a salvar los trastos en el mejor tema del disco, ‘Take Care‘. Se trata de una versión de otra versión que hizo Jamie Smith, de The XX, del original ‘I’ll Take Care Of You’, de Brook Benton, un cantante de rock y R&B de los años cincuenta/sesenta. Cualquier parecido con la raíz es pura coincidencia, la verdad, y lo cierto es que se agradece el soplo de aire fresco del tema, que coquetea con cierto aire dance en las bases, pero sin caer radicalmente en la electrónica.



Se agradece el intento de Drake de acercarse a un punto íntimo en la composición de todos sus temas, en lugar de buscar el lugar más típico del estilo con el que posiblemente hubiera destacado algo más en lo que a singles se refiere. Sin embargo, tanta intimidad, tanto susurro, tanta voz acaramelada resultan profundamente monótonas a lo largo de la friolera de dieciocho temas que se hacen largos como estarse un mes sin comer. A esto tampoco acompaña que rara vez se meta en un tema con una instrumentación más completa que no sean unas bases y algún que otro arreglo para dar cierto cuerpo.

Alguna que otra baliza para aferrarse

Dentro de la línea extremadamente uniforme de Take Care hay dos o tres balizas donde agarrarse antes de decidir abandonar. La mayoría tienen algo en común, y es que abandonan el puerto seguro del medio tiempo blandito y emocional en el que se sumerge Drake a modo de terapia y apuestan por un lado mucho más atractivo, donde se podría haber refocilado algo más para evitar que este disco sea un downer de los que hacen época.

De nuevo, el segundo acierto más interesante del álbum se lo pone en bandeja Nicki Minaj en ‘Make Me Proud‘, otra que suele destacar bastante más en colaboraciones ajenas que en sus propios trabajos. De nuevo, la producción corre a cargo de T-Minus, como en la parte menos monótona del álbum. Es habitual de gente como Ciara, la propia Minaj y Ludacris, y el único a los mandos de la producción capaz de sacar a Take Care del agujero de meditación terapéutica en que lo ha convertido Drake.


La tercera baliza en la que puedes aferrarte si sigues decidido a llegar hasta el final es ‘Lord Knows‘, esta vez con Rick Ross. Una vez más, se sale de la tónica del resto del álbum y muestra por una vez una perspectiva más agresiva que la que mantiene Drake en casi cualquier otro tema. Los coros le dan cierto toque épico, y el conjunto funciona a la perfección.


La crítica en general ha aclamado a Drake en este segundo disco. Basta mirar por ahí para ver unas notas espectaculares y una aprobación que yo, por desgracia, no comparto. Hay algún que otro tema que se salva, y que si hubieran marcado la tónica general del disco, seguramente estaría contándoos otra cosa. Pero Take Care es monótono, un ejercicio de intimidad innecesario, acompañado de una voz que debería limitarse a la estrofa rapeada – por momentos es vergonzoso el parecido que parece intentar lograr con el difunto Michael Jackson -. Desde luego, no echaré de menos si no saca un tercer disco.

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